Un momentito que me lo piense...

¡Buenos días pedagogos!

    Bueno, primeramente deciros que esta semana soy la pensadora de mi grupo.

Esta semana la nueva tarea es tratar el tema de la autoridad. Más concretamente abarcamos la autoridad del profesorado con respecto a las nuevas tecnologías y la autoridad en internet.

    Por una parte, en la actualidad y hace ya unas décadas, internet ha ganado gran importancia en nuestras sociedades. Se puede decir que vivimos en la sociedad del conocimiento en la que las TIC están al pie del cañón. Estas nuevas tecnologías se han llevado al campo de la educación y han producido un gran debate sobre su utilización. Están cambiando la forma de comunicarse docentes y alumnos y el desarrollo del aprendizaje del mismo. Por otra parte, se debate la información que aparece en internet, si podemos utilizarla como fuente fiable.

    ¿Es mejor la información que nos da un profesor en clase o la que encontramos de internet? Pues bien chicos, no es lo que parece. No es lo que siempre nos han dicho los profesores “la respuesta es la que yo digo”. La respuesta puede ser múltiple, además de que podemos acudir a nuestra queridísima “santa Wikipedia”. Pensamos que como la información procede de varios usuarios es errónea y no podemos fiarnos. Pues bien, esta información tiene una fuente colectiva, que debemos de saber que no es una fuente errónea sino es una información de suma de inteligencias en la que el conocimiento es cooperativo y coordinado.

Esto puede producir una inestabilidad en la información de los documentos en internet, ya que los distintos usuarios que participan en la recopilación de esta información van modificándola ya que no es estable, sino que varía y evoluciona, es cambiante. Tenemos un concepto cerrado de la información que tiene que ser permanente a lo largo de los años, de ahí a que muchas personas no confíen.

    Esto lo podríamos enlazar con la gran información que aparece en la web, es mucha la información que encontramos y no sabemos si esto puede perjudicarnos o beneficiarnos.

    En lo que se refiere a las TIC  en la educación, vemos que en la actualidad nos centramos por el desarrollo de competencias, pero no debemos percibirlas o entenderlas como un único marco de información profesional, sino como la necesidad de desarrollar las competencias transversales que permitirán a los futuros ciudadanos desenvolverse en la sociedad, en el cambio constante

Lo que buscamos es formar a ciudadanos “camaleones”. Con esto quiero decir que si las sociedades han evolucionado de forma que deben utilizar las tecnologías para mejorar su formación, nosotros como educadores debemos introducirlos en las TIC, para que el aprendizaje sea, uno: más significativo y dos: que a lo largo de su vida adquiera unas competencias transversales.

    Hablando como grupo, diré que en esta actividad hemos aprendido a valorar mejor la información de internet y no subestimarla porque sea información recogida por un colectivo que está coordinada y cooperada. Además hemos visto que las nuevas tecnologías pueden mejorar el aprendizaje en las aulas y a complementar al profesor. Pero nos han surgido algunas dudas que pueden repercutir en un futuro, y no muy lejano. Si las nuevas tecnologías nos facilitan a la hora de dar las clases, de enseñar a los alumnos y podemos sacar la información de internet, ¿en ese futuro nuestra función de docente (persona presente) será necesaria?

    Estamos investigando y mejorando las tecnologías para que nos faciliten el día a día (en el ámbito de la educación, de la sanidad, etc.). Pero no sabemos dónde está esa línea que separa lo beneficioso de lo perjudicial para nosotros y para las nuevas generaciones. Creo que la clave de todo esto es darle un buen uso a las tecnologías. Saber cuando nos ayudan y cuando nos pueden retrasar el trabajo.